SPUTNIK
Ayer fue el aniversario del lanzamiento del Sputnik. Veo un documental acerca de la carrera espacial y no puedo evitar sentir un cierto compungimiento cuando veo a la perrita Laika, una perrita recogida de la calle para el programa espacial. En las imágenes en blanco y negro se le ve en su nave, su ataúd, en el centro de la parafernalia montada para la ocasión. Qué bonica era, pero la carrera espacial no reparaba en pérdidas. ¿Qué pensaría allí metida? Los mecano en su canción dan por supuesto que veía el espacio exterior, pero no creo que le colocaran una ventana con vistas a la Tierra. Supongo que escucharía un gran estruendo, grandes vibraciones y una gran presión que la comprimiría contra su puesto. Y pasados unos minutos la quietud, silencio, y ausencia de gravendad. Allí la pequeña de 6 kg con una gran ansiedad, asustada, envuelta en sus propios vómitos, era la primera terrícola que vivía sin gravedad. Quien lo diría una hembra.
Murió por las elevadas temperaturas generadas en la cápsula siete horas después del lanzamiento. Bueno amiga, tu fuiste una gran exploradora y has pasado a la historia como tal, aunque sin saberlo, sin quererlo, y sufriendo hasta la muerte.
Murió por las elevadas temperaturas generadas en la cápsula siete horas después del lanzamiento. Bueno amiga, tu fuiste una gran exploradora y has pasado a la historia como tal, aunque sin saberlo, sin quererlo, y sufriendo hasta la muerte.
Etiquetas: EXPLORACIÓN, PROYECTOS
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