DAVID EL GIRI, VAYA ESPECÍMEN.
Le digo - Con este coche se tiene que ligar cantidad – No te creas - contesta, y le digo – Yo conozco un@s cuánt@s que primero se suben y luego piden permiso – jaja.
Se llama David, es giri, súbdito de la reina Isabel II. Me acaba de comprar “La Poderosa”, ese pedazo de Yamaha con la que tanto he disfrutado este año, por pistas y barrancos. Él es un chaval de unos 35 años, tranquilo, con clase, confiado, mucho más confiado que yo; para las cosas que me ha contado de su vida, diría que un poco pasota; además, no me ha regateado el precio, lo que es de agradecer. Le urgía cerrar el trato y llevarse la moto, para regalársela a su hermano por navidad, así que he accedido a cambio de quedarme yo con los papeles hasta que vayamos a cambiarla de nombre (estas cosas hay que hacerlas bien). Hemos tenido tiempo para charlar ya que me he ido a llevarle la moto a su casa, y después, él me ha traído otra vez. Tenías que escuchar el ruido del motor de su bólido, yo que para nada soy aficionado a los coches, puedo decir que sonaba maravilloso, pura melodía, y pasábamos a la peña como si estuviesen parados (niños eso no se hace). Le digo – Voy a bajar la ventanilla ahora que entramos en mi barrio – se ríe, y me dice – si tienes carnet, te dejo dar una vuelta – no, no, mi ego no llega a tanto, me conformo con bajar la ventanilla - Me bajo del coche y nos despedimos – hasta la vista David y que la disfrutes.
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