TODA UNA VIDA JUNTOS

Corría el verano del 2001, cuando las conocí, en un campamento en Elgoibar, y desde el primer día hubo feeling entre nosotros. Sí amigos, eran dos camisetas de esas blancas, de algodón, que se regalan con alguna propaganda, pero que, por raro que parezca, se ajustaban a la perfección y estaban bastante bien de diseño.
Ese verano las estuve usando para ir a la playa, para los días de campo, para hacer deporte...
Con el otoño, pasaron a formar parte del departamento de camisetas de estar por casa, que no es que fuera una degradación, ni mucho menos, pero claro, las tendencias metrosexuales empezaban a pujar fuerte y no era cuestión de ir a la Facultad con este tipo de vestuario, que aunque cómodo, tenía ciertas carencias glamourosas.
Desde entonces cumplieron sus tareas como si hubieran nacido para ello, y soy consciente que su vocación sería bien distinta, seguro que allí en su fábrica de China, soñaban con que Beckan o Raúl, las usara alguna vez, y algún día llegar a ser mediáticas ellas también.
Pasaron los años, y los lavados fueron haciendo mella, primero fue un deshilado en una manga, luego el cuello desgastado, después un roto... su luz se iba apagando poco a poco. Finalmente hoy, he decidido cambiarlas de puesto, no reúnen las condiciones necesarias para desarrollar sus tareas y, otras camisetas mucho más jóvenes vienen empujando fuerte, es ley de vida. Sí amigos por duro que parezca, llegó el momento de echarse a un lado y dejar que el rebaño continúe su marcha. Y os preguntareis, bueno, cual será el retiro digno que estas dos camisetas se merecen; bien, las he destinado al departamento de limpieza, van a ser trapos para limpiar el polvo, hoy se abre un nuevo horizonte para estas camisetas de algodón, estoy seguro que les irá bien.