VOTANDO VOY! VOTANDO VENGO!
Cuando votamos nos gusta pensar que lo hemos valorado, lo hemos estudiado y al final hemos elegido la opción correcta. - NO!!! FALSO, NOS ENGAÑAMOS A NOSOTROS MISMOS!! Esta es mi percepción:
La mayoría, ponle un 80%, lo decidió muchos años antes del día de las elecciones. Es un hecho, lo que hemos mamado desde pequeños nos influye toda la vida, también en política; nuestros padres criticando a los de un partido o alabando a los de otro. Eso cala. En el caso de los partidos políticos te hace estar en un bando u otro, como si fuera una tribu, y cambiar el voto supone dar apoyo a la tribu rival.
Caso aparte son los hooligans de la política, igualitos que los del fútbol. Defienden a sus dirigentes como si fueran dioses perfectos e inmaculados. No tienen capacidad para pensar por ellos mismos, y se limitan a repetir titulares, con lo cual, hablar de política supone darles la razón o discutir acaloradamente.
Luego están los indecisos, que son pocos, un 10 - 15%, pero que son los que deciden el pastel. En sus manos está. Son estudiados con lupa por los partidos, les lanzan mensajes para captar su voto, les hacen guiños. Al final votan en función de la tendencia, se dejan llevar por la ola de popularidad, o de éxito, o por detalles sin importancia que les hace identificarse con algún candidato.
En fin, se supone, que la política debería ser racionalidad: si hay un problema, los distintos partidos proponen distintas soluciones, y la que nos parezca mejor, pues la votamos y punto. En teoría suena bien, pero en la práctica, habría que leerse los programas electorales, ups..., bueno este podría ser el último grupo minoritario, casi marginal, que estaría formado por los tertulianos de la radio, los que hacen los programas electorales, y quizás sus madres...
2 Comentarios:
Hi son of moto (bonito diseño).
Pa que discurtir la cosa. En este santo país la peña vota en función de si le cae bien o mal el personajillo. Cada vez quedan menos individuos capaces de realizar un análisis racional y escapar del bipartidismo centralista... En fin, mismos perros con distintos collares. Nos toca apechugar. :p
Voy un poco más allá, la especie humana es la única que tiene la capacidad de razonar, pero en nuestro cerebro todavía predomina la antigua parte instintiva, y nos fiamos más de ella, nos dejamos llevar por ella. De hecho la mayoría de veces ni nos molestamos en razonar nuestros actos, los hacemos porque sí.
Esto significa que si un político consigue que la gente se fíe de él, se indentifique con él, o simplemente le caiga bien, ya puede llevar como programa electoral el "libro gordo de petete" que le votaremos.
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